Tercer domingo de PASCUA

24.04.2020

CELEBRAR Y ORAR EN TIEMPO DE PANDEMIA: 3° domingo de PASCUA

Para preparar antes de la celebración:
- Un lugar cómodo que permita el recogimiento y la oración familiar.
- Un pequeño altar con los elementos que a la familia le son significativos: un mantel, una vela encendida, una cruz, la imagen de la Virgen María, etc.
  

Una vez reunida la familia en torno a la Palabra de Dios, comenzamos la celebración con el canto POR EL CAMINO DE EMAÚS

G:  Familia, bendigamos al Señor resucitado, que en su bondad nos invita a compartir la mesa de su Palabra. 
Todos responden: Bendito sea Dios, por los siglos. 

G: Hoy vamos a imaginarnos que estamos todos en nuestra casa común, el templo de la Medalla Milagrosa, haciendo nuestra catequesis familiar. Y nosotros, en casa, celebramos la CENA DEL SEÑOR, guiados por la voz del padre JUSTINO.

GRABACIÓN DE LA LITURGIA DE LA PALABRA CELEBRADA EL SÁBADO ANTERIOR AL III DOMINGO DE PASCUA DEL 2017

Reflexionamos en familia
Se puede hacer una reconstrucción del evangelio, con preguntas para dialogar en familia. Además, puede leerse la siguiente reflexión: 

El mismo día de la Resurrección, por la tarde, Jesucristo se aparece a dos discípulos que regresan a su pueblo, Emaús.
Estos dos seguidores no son apóstoles pero conocen a Jesús, lo han escuchado predicar, seguramente lo vieron hacer milagros.
Sin embargo están tristes, desilusionados.
Cobardes y derrotados se escaparon de Jerusalén después del arresto y la crucifixión de Jesús.
Incapaces de aceptar el testimonio de las mujeres que afirmaban que lo habían visto resucitado, se vuelven a su pueblo porque sus planes mesiánicos se habían muerto con Jesús. Y en ese camino de regreso, mientras pensaban cómo se iban a justificar ante su gente del estrepitoso fracaso, se les aparece el Señor. ¡Y no lo pudieron reconocer!
Es que cuando triunfa la desesperanza nos encerramos en nosotros mismos y no registramos a los demás. Nos enceguece la angustia y no podemos ver lo bueno que tenemos delante.
Pero Jesús quiere hacerlos sus testigos y se les manifiesta por medio de la Palabra de Dios y la Fracción del Pan. ¡Entonces lo reconocieron!
En este tiempo lleno de dificultades y limitaciones en que no podemos participar físicamente de la Misa, mientras esperamos el feliz reencuentro con Jesús Sacramentado, no nos  desanimemos, levantemos el corazón a través de la lectura y oración con la Palabra de Dios, con la comunión espiritual y por todos los medios a nuestro alcance para cuidar nuestra unión con Jesús que es lo que nos da fortaleza y esperanza en toda adversidad.
Los discípulos de Emaús experimentaron la alegría de la presencia de Jesucristo y olvidándose de su cansancio volvieron rápidamente a Jerusalén sin temores y llenos de entusiasmo para compartir su testimonio. Nosotros también en este día reafirmemos nuestra fe en Jesús Resucitado y miremos a nuestro alrededor todas las manifestaciones que tenemos del amor del Señor. Él es el que nos hace conocer el camino hacia la Vida.

 Para concluir este momento de reflexión se propone cantar «Quedate con nosotros»
 Si hacemos click en el título de la canción podremos acceder a la versión cantada.

Quedate con nosotros, Señor de la esperanza, el pueblo que tu amas hoy lucha por vivir, y aunque a veces dudamos de tu presencia en casa, no dejes que la noche nos sorprenda sin Ti. Y porque ya anochece, quédate con nosotros, no dejes que la noche nos sorprenda sin Ti.

Quedate con nosotros, Señor de la pobreza, los pobres y los niños te quieren descubrir, porque a veces no saben que son tus preferidos, no dejes que la noche nos sorprenda sin Ti.

Quedate con nosotros, Señor de la justicia, los hombres no aprendemos a dar sin recibir, vivimos muchas veces una justicia falsa, no dejes que la noche nos sorprenda sin Ti.

Quedate con nosotros, Señor de la promesa, tu mismo aseguraste amarmos hasta el fin, por eso humildemente volvemos a pedirte, no dejes que la noche nos sorprenda sin Ti.

G: Como los discípulos de Emaús, nos llenamos de alegría cuando descubrimos que Jesús camina a nuestro lado y se queda para siempre con nosotros. Y como ellos, queremos salir a proclamar esta buena noticia a todos y a compartirles nuestra fe.
Por eso ahora vamos a realizar con esa misma alegría nuestra profesión de fe diciendo: «Creo, Señor»

Alguno de los presentes va proponiendo las fórmulas de fe, a las que todos responden.

Lector: En Dios Padre, creador del cielo y de la tierra...
Todos: «Creo, Señor»
Lector: En Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen... Todos: «Creo, Señor»

Lector: En Jesucristo, que padeció bajo el poder de Poncio Pilato fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos... Todos: «Creo, Señor» Lector: En Jesucristo, que subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso, y que desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos... Todos: «Creo, Señor»

Lector: En el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna... Todos: «Creo, Señor»

G: Dios, como un padre bueno escucha siempre nuestros pedidos. Con confianza de hijos le presentamos nuestras intenciones diciendo: «Te rogamos, Señor» 


Alguno de los presentes va proponiendo las intenciones para presentar al Señor. 

Lector: Por nuestros pastores, para que el Señor les aumente la fe y la creatividad en estos tiempos inéditos, y puedan ser fieles a la misión que el Maestro les confió. Oremos. 

Por los hombres y mujeres que trabajan en la política y la economía para que el Señor ilumine sus corazones en las difíciles decisiones que tienen que tomar en este tiempo de pandemia. Oremos. 

Por todos los trabajadores que esta semana celebran su día, para que no pierdan la esperanza en medio de las dificultades que se presentan en estos tiempos. Oremos. 

Por todos los cristianos  para que podamos unirnos en "la fracción del pan", y reconocer al Señor Resucitado en todos los que esperan un gesto o una palabra solidaria. Oremos. 

Quien lo desee, puede agregar intenciones. Después, quien anima la oración, dice: 

Concluyamos nuestra celebración en familia, diciendo juntos la oración que Jesús enseñó a los apóstoles: Padre nuestro que estás en el cielo... 

 G: Oremos. Dios nuestro, que en este día que hacemos memoria de la Pascua nos reúnes como Iglesia doméstica, regalanos tu Espíritu para que siempre podamos reconocer a tu Hijo resucitado que está en medio nuestro, y que, como hizo con los discípulos, nos explica las escrituras y parte para nosotros el pan. Por Jesucristo, nuestro Señor.  Todos: AMÉN.

G: Pedimos a Dios su bendición.  El Señor nos bendiga, nos defienda de todo mal y nos lleve a la Vida eterna. Todos: AMÉN.

Una vez que se ha pedido la bendición de Dios, los invitamos a hacer memoria del Año Mariano que estamos transitando, especialmente este fin de semana que celebramos a la Virgen del Valle en el año en el que se conmemoran los 400 años del hallazgo de su imagen en Catamarca.

G: Hasta el 8 de diciembre, en Argentina, estamos viviendo el Año Mariano, en el cual hacemos una memoria agradecida por la presencia de la Virgen María en la vida de nuestro país.
El motivo de esta celebración son los 400 años del hallazgo de la imagen de la Virgen del Valle en Catamarca.
Pongamos en sus manos nuestra oración y nuestra acción de gracias, para que las presente a Dios, intercediendo por sus hijos.
Todos: Dios te salve, María...

Lector: Gracias, Madre, porque tu amor materno nos anima a mantenernos firmes en la fe. Todos: Dios te salve, María...

Lector: Gracias, Madre, por interceder por las necesidades del pueblo argentino. Todos: Dios te salve, María...

Lector: Intercede, Madre, por los enfermos de coronavirus, dengue, y otras enfermedades. Todos: Dios te salve, María...

Lector: Intercede, Madre, por los que trabajan en la salud, la seguridad y otros trabajos esenciales en este tiempo de pandemia. Todos: Dios te salve, María...

Lector: Intercede, Madre, por los que están solos y perdieron la esperanza en este tiempo. Todos: Dios te salve, María...

Lector: Intercede, Madre, por quienes deben tomar decisiones por el bien de tu pueblo. Todos: Dios te salve, María...

Lector: Intercede, Madre, por quienes están padeciendo la falta de trabajo y sufren hambre y miseria. Todos: Dios te salve, María...

Lector: Intercede, Madre, por las mujeres, niños y ancianos violentados y denigrados. Todos: Dios te salve, María...

Lector: Intercede, Madre, por nuestra familia y nuestros amigos. Todos: Dios te salve, María...

Lector: Nuestras Señora de la MEDALLA MILAGROSA Todos: Ruega por nosotros que recurrimos a Vos. 

Se puede también recitar la ORACIÓN DEL AÑO MARIANO NACIONAL 

María, Madre del Pueblo, esperanza nuestra, hermosa Virgen del Valle, ayúdanos a renovar nuestra fe y nuestra alegría cristiana. 

Tú que albergaste al Hijo de Dios hecho carne, enséñanos a hacer vida el Evangelio, para transformar la historia de nuestra Patria. 

Tú que nos diste el ejemplo de tu hogar en Nazaret, haz que en nuestras familias recibamos y cuidemos la vida y cultivemos la concordia y el amor. 

Tú que al pie de la cruz te mantuviste firme, y viviste el alegre consuelo de la resurrección, enséñanos a ser fuertes en las dificultades y a caminar como resucitados. 

Tú que eres signo de una nueva humanidad, impúlsanos a ser promotores de amistad social y a estar cerca de los débiles y necesitados. 

Tú que proclamaste las maravillas del Señor, consíguenos un nuevo ardor misionero para llevar a todos la Buena Noticia. Anímanos a salir sin demora al encuentro de los hermanos, para anunciar el amor de Dios reflejado en la entrega total de Jesucristo. 

Madre preciosa, recibe todo el cariño de este pueblo argentino que siempre experimentó tu presencia amorosa y tu valiosa intercesión. Gracias Madre. Amén. 

 Se puede concluir, cantando «Bendita sea tu pureza».
Si hacemos click en el título de la canción podremos acceder a la versión cantada.

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco, en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.

Parroquia Medalla Miagrosa - Necochea - Argentina
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